Testudines

Testudines: Los quelonios o las tortugas marinas y terrestres (orden chelonii o testudines que incluye especies existentes y extintas). Las primeras tortugas conocidas datan de hace 220 millones de años (perduran desde el Triásico), convirtiendo a las tortugas en uno de los grupos de reptiles más antiguos, incluso más antiguo que los lagartos, las serpientes o los cocodrilos.

Las tortugas forman un orden de reptiles caracterizados por tener un tronco ancho y corto, y un caparazón que protege los órganos internos y vitales de su cuerpo. Solo están expuestas la cabeza, las patas y la cola.

Alrededor de 300 especies de tortugas han logrado sobrevivir en el planeta, de las cuales 7 son marinas y 315 continentales terrestres o de agua dulce.

Tipos de tortugas

Agua Dulce

Terrestres

Marinas

¿Cómo saber qué tipo de tortuga tengo?

Para saber si una tortuga es de agua o de tierra hay que fijarse en sus patas. Las tortugas de agua están diseñadas para ayudarles a nadar por lo que tienen unas membranas entre los dedos de las patas, llamadas membranas interdigitales.

El caparazón de las tortugas de agua es más achatado, liso y más flexible. En las tortugas de tierra el caparazón es más alto, con escamas más gruesas y firmes.

¿Cuáles son las características más comunes a las tortugas?

Las tortugas respiran aire y no ponen huevos bajo el agua. Prefieren las aguas tropicales y subtropicales.

La característica más singular es la presencia de esqueleto interno y externo. Gran parte de su columna vertebral está soldada a la parte dorsal del caparazón.

Este esqueleto hace que la respiración sea imposible por movimiento de la caja torácica.

Aunque carecen de dientes, tienen un pico córneo que recubre su mandíbula, parecido al pico de las aves.

Como todos los reptiles las tortugas son animales ectotérmicos lo que significa que su actividad metabólica depende de la temperatura externa o ambiental.

Las tortugas mudan la piel y mudan o desprenden los escudos del caparazón, individualmente y aparentemente sin un orden determinado, sin embargo, se diferencian de lagartos y serpientes porque lo hacen poco a poco.

¿Qué comen las tortugas?

Si decides tener una tortuga como mascota es de suma importancia proveerle una alimentación adecuada a su tamaño y especie.

La mayoría de las tortugas son carnívoras cuando son jóvenes y evolucionan a dieta omnívora de adultas. Según la edad la frecuencia de alimentación puede variar.

Si son pequeñas deberán comer una vez al día, en las edades intermedias cada dos días y si son adultas sólo necesitan alimentarse tres veces por semana.

Las tortugas prefieren el pollo, la ternera o el hígado y también gustan del pescado troceado, los mejillones o sardinas. Se pueden suplementar con piensos comerciales formulados para estas especies aunque es recomendable evitar el exceso de gambas secas.

¿Sabías qué? La venta de la tortuga de Florida o tortuga de orejas rojas está prohibida en España desde 1998. Estas tortugas compiten con las nativas españolas por el nicho ecológico, son más adaptables e incluso pueden sobrevivir en condiciones difíciles como el agua contaminada. El abandono en el medio natural ha sido la causa principal de la prohibición.

Tortugas más sencillas de tener como mascotas

Las tortugas son mascotas fascinantes y hermosas. Con tantas especies para elegir, debería ser fácil encontrar un lindo reptil que sea una buena mascota adecuada a las necesidades de cualquier persona.

Agua Dulce

Terrestres

¿Cuántos años puede vivir una tortuga?

Las tortugas se caracterizan por su noble naturaleza. Pueden ser animales muy longevos, viven entre 50 y 80 años y en algunos casos llegan a los 120.

Para que una especie pueda alcanzar el máximo de vida posible necesita tres elementos fundamentales; luz, alimentación e higiene.

Es justo decir que la tortuga es probablemente el animal más longevo de la tierra, sino el más, teniendo en cuenta que la vida media de otros animales, de los que viven mucho, que no alcanzan la media de una tortuga que está en 80 años. Las vidas de las tortugas en este sentido son similares a las de los humanos.

Algunas tortugas pueden llegar a vivir más de 100 años, en varias especies los científicos no pueden determinar su edad con exactitud. En cualquier caso el número de años estará determinado por el tipo de tortuga y el medio ambiente en el que vive.

Una tortuga mascota típica puede vivir entre 10 y 80 años más o menos, mientras que las especies más grandes pueden vivir fácilmente más de 100 años.

Una tortuga terrestre puede vivir una media de 60 o 70 años. Eso si, es mucho más fácil que una tortuga que vive en una casa, cuidada y alimentada llegue con facilidad a los 80 años. En cambio, las que viven una vida silvestre a pesar de poder vivir hasta los 100 años tienen alta mortalidad debido sobre todo a la falta de alimento o a los efectos del cambio climático.

Las tortugas marinas también viven mucho tiempo. En su mayoría tardan décadas en madurar (sobre los 20-30 años) permaneciendo activamente reproductivas durante muchos años.

Hay incluso científicos que estiman que hay ejemplares que han vivido entre 400 y 500 años, aunque este no es un dato totalmente probado.

En cualquier caso es por eso que se insiste mucho que si vamos a elegir una tortuga como mascota debemos tener en cuenta que la tendremos por mucho tiempo. Este elemento es fundamental al tomar la decisión, el abandono, la sobreexplotación de las especies, los peligros de la extinción, entre otros, nos afectará a todos.

¿Cómo saber el sexo de mi tortuga?

El sexo se suele determinar comparando un ejemplar de cada sexo. Cuando tienes solo una tortuga puede ser más complejo de determinar.

Las diferencias entre macho y hembra son sexuales y se determinan a partir de la madurez sexual del animal, lo que implica que en una tortuga pequeña será bastante difícil determinar el sexo.

Aunque tienen algunas características coincidentes influye si la tortuga es de agua o tierra.

Las tortugas de agua cuando son jóvenes es difícil de determinar pero cuando son mayores, generalmente las hembras son más grandes que los machos. Las uñas de los machos de tortuga de agua suelen ser más largas, más desarrolladas.

Con las tortugas de tierra es un poco más difícil. Los machos suelen tener una cola bastante más ancha y más larga que las hembras. Aunque no pasa en todas las especies de tortugas, las hembras pueden tener el peto o plastrón liso, mientras los machos lo tienen curvado. Esta curva permite que el macho se acople a la hembra en el momento de la cópula.

Determinar el sexo puede ser difícil pero existen técnicas como la radiografía. Esta podrá determinar la presencia de huevos en las hembras.

La otra técnica de laboratorio empleada es un examen de sangre.

tortugas
Tortuga de Ramsay o nariz de cerdo

Reproducción de las tortugas

Las tortugas generan mucha curiosidad en cuanto a la reproducción que tendrá particularidades según la especie.

Las tortugas se reproducen por huevos mediante inseminación de los machos.

Los machos de las tortugas terrestres muerden las patas de las hembras para llamar su atención y golpean fuertemente y con intensidad el caparazón de la hembra, una técnica violenta y dolorosa para ella.

Debido a la violencia de la cópula y las adversidades de su hábitat las hembras de tortuga terrestre pueden conservar activo el semen durante tres años. Durante este tiempo pueden evitar el apareamiento.

Las tortugas domésticas terrestres suelen ser fértiles a partir del noveno año de vida para las hembras, y a partir de los siete años los machos.

La hembra pondrá los huevos fertilizados en unos agujeros de 10 a 12 cm de profundidad que previamente habrá excavado. Llegado el momento de la eclosión nacerán las pequeñas tortugas que medirán escasamente 4 cm.

El apareamiento de las tortugas de agua dulce es distinto de las terrestres. Tienen en común es que los machos en ocasiones son violentos.

Normalmente las tortugas de agua dulce son sexualmente maduras a partir de los 5 años. El macho intentará acariciar la cara de la hembra con sus patas delanteras. Si la hembra no cooperase el macho puede intentar sumergirla e incluso impedirle respirar.

La gestación de los huevos en el interior de la tortuga suele durar unos 2 meses. La puesta de huevos se realiza en tierra, en zonas arenosas principalmente.

Una vez que la hembra cubre de arena o tierra los huevos estos tardan entre 80 y 90 días en incubarse.

Las tortugas marinas son fértiles a partir de los 6 u 8 años. Se aparean en aguas profundas y tras ello las hembras forman en su interior los huevos durante un periodo de 2 a 3 semanas.

La puesta de huevos se realiza en la mayoría de especies durante la noche. Las hembras recorren largas distancias por la playa para que los huevos no queden expuestos al oleaje y la pleamar. Algunas hembras pueden volver a la playa donde nacieron para la postura.

Una vez escogido el sitio cavan un hoyo de unos 50 cm de profundidad y depositan en el agujero entre 50 y 100 huevos que la hembra cubrirá con arena.

Tras un período entre 40 y 70 días nacerán las pequeñas tortugas que durante la noche se dirigen hacia el mar. De este modo minimizan su exposición a los predadores.

La temperatura de la arena es la que determina el sexo de las tortugas. A temperaturas elevadas nacen todas hembras y con temperaturas más frías suelen nacer machos.

Lugar adecuado para las tortugas (terrarios o acuarios)

El lugar que seleccionemos como su hábitat (acuario) deberá estar adaptado a sus necesidades, con unas condiciones acuáticas y de temperatura que garanticen su salud.

El acuario debe tener dos zonas una de agua y otra de tierra.

La zona de agua debe ser lo bastante amplia y con suficiente profundidad para que la tortuga pueda nadar sin obstáculos.

La zona de tierra igualmente debe ser amplia para cuando nuestra tortuga necesite secarse al sol.

Se recomienda la colocación de una rampa para facilitarle el acceso a ambos espacios.

El agua deberá cambiarse cada semana en caso de no tener filtro. La limpieza y salubridad del agua alargará la vida del animal y le proporcionará una calidad de vida óptima.

El agua debe ser templada, entre los 25 y 28 grados, de ser posible sin cloro, para no dañarle los ojos y el caparazón.

Las tortugas deben tener acceso a luz solar directa, no filtrada por cristales. Si no disponemos de luz solar, colocaremos luz artificial. La luz nutrirá su caparazón del calcio necesario y evitará que sufra enfermedades.

La luz debe abarcar tanto la zona seca como la húmeda.

Enfermedades de las tortugas

Las enfermedades de las tortugas más frecuentes se suelen deber a un manejo o alimentación deficientes por parte de sus cuidadores. El desconocimiento de sus necesidades o los problemas derivados de su particular anatomía son con frecuencia la causa general de visitas a los veterinarios.

Cambios repentinos en el comportamiento, pérdida abrupta del apetito, cambios de color o aspecto del caparazón, si respira con la boca abierta, sufre diarrea o se mueve menos de lo habitual es el momento de consultar con el especialista.

Estos son síntomas de que hay algún problema que deberás atender con cuidados y tratamientos específicos.

Entre las enfermedades más comunes que las tortugas están:

Lesiones o heridas en la piel, la mayoría de veces causadas por caídas, mordiscos o rasguños. Las caídas pueden dar lugar incluso a roturas del caparazón.

Un caparazón blando, decolorado o con hongos suele deberse a tres motivos fundamentales; la falta de luz solar y por tanto de calcio, la presencia de cloro en el agua o el exceso de luz o humedad.

Infecciones oculares, también por la presencia de cloro en el agua o debido a falta de higiene.

La carencia de vitaminas y fibra suele ser casua de estreñimiento en las tortugas y el exceso de frutas y verduras suele provocar diarreas.

Una dieta con demasiadas proteínas puede dar lugar a padecimientos de gota.

Para evitar resfriados y problemas respiratorios es importante alejar a la tortuga de las zonas con corrientes de aire, así como intentar mantener una temperatura templada dentro del acuario.

Cuando hay falta de vitaminas, mala alimentación o nuestra tortuga es muy anciana suelen retener los huevos en su interior.

Limpiar una tortuga

El baño es importante para las tortugas terrestres debido a que les da la oportunidad de rehidratarse. Para la acuáticas es el momento ideal para limpiar los bultos de algas así como la piel que mudan.

El baño debe hacerse con delicadeza y suavemente utilizando un cepillo de dientes y agua templada.

En este momento puedes aprovechar también para limpiar su terrario o acuario. La higiene de su hogar es primordial.

Recuerda que los baños de las tortugas son ocasionales. Las tortugas acuáticas pasan la mayor parte de sus vidas en el agua, si sus tanques se mantienen limpios es raro que necesiten un baño especial.

Sin embargo, tu tortuga puede beneficiarse de una limpieza si es que le crecen algas en el caparazón o si muda de piel. El baño ayuda a eliminar las células muertas de la piel.

Con un cepillo de dientes frota las zonas sucias del caparazón suavemente. Puedes mojar de vez en cuando la zona con un poco del agua del recipiente. Presta atención especial a cualquier área en la que haya alguna acumulación de suciedad.

No se deberá usar ningún tipo de jabón o de champú a menos que te lo haya recomendado específicamente un veterinario.

Por ninguna razón obligues a salir a tu tortuga de su caparazón en caso de que esté escondida.

Si ves algo fuera de lo común lleva a tu tortuga al veterinario para que la revisen inmediatamente. Los signos comunes de enfermedad en la tortuga incluyen los párpados y los oídos inflamados, hinchazones en el cuerpo, anomalías en la piel y parches descoloridos o difusos que pueden indicar putrefacción en el caparazón.

Consejos para la manipulación de tortugas

  • Antes de adquirir una tortuga como mascota debemos informarnos bien sobre sus cuidados para que disfruten de unas buenas condiciones que favorezcan su salud y supervivencia.
  • Si has adquirido una tortuga recientemente deberás permitir que tu mascota tenga algún tiempo para aclimatarse a su nuevo hogar.
  • Pasar tiempo con tu tortuga será beneficioso para aprender lo que significa su comportamiento, aprender a conocer sus señales de advertencia.
  • Mejor adoptar que comprar así no apoyarás el comercio de especies, incluso el ilegal. El abandono no es buena opción ya que la introducción de especies exóticas pone en riesgo la supervivencia de las especies nativas incluso provocando su extinción.
  • Tener una tortuga a tu cuidado no es una tarea sencilla ni tampoco económica, el animal necesitará de cuidados especializados. Las tortugas necesitan más espacio a medida que crecen y pueden vivir durante muchos años, deberás tenerlo en cuenta a la hora de adquirir uno de estos ejemplares.
  • Las tortugas no son animales a los que les agrade ser manipulados. No son juguetes, deben ser respetados y no maltratados.
  • Muchos reptiles son portadores de salmonella aún cuando están sanos, es recomendable extremar la higiene cada vez que los manipules y evitar que los niños pequeños los manipulen sin supervisión de un adulto.
  • Mover los dedos frente a un reptil carnívoro puede confundirlos con presa. Los reptiles no son animales domesticados como perros y gatos.